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https://qpaso.ar/noticias/ambito/economia/bopreal-el-bcra-patea-otra-semana-la-quinta-licitacion-la-serie-3-y-la-cnv-flexibiliza-restricciones-asociadas-n5975516

03 abril 2024
Fuentes oficiales le confirmaron a Ámbito que, en esta segunda semana corta, tampoco se subastará el BOPREAL. Se retomará la próxima. Con escaso atractivo para los empresas, aún queda por canalizar el 66% de esta serie. CNV eliminó trabas para que importadores completen el pago a proveedores vía CCL. Los números de la deuda comercial.
El Banco Central decidió patear una semana más la quinta licitación de la serie 3 del BOPREAL. Con escasa demanda por parte de las empresas en las primeras cuatro subastas de esta tercera versión del bono para importadores con deuda comercial, la entidad levantó el pie del acelerador: a raíz del fin de semana XXL, definió saltearse una quincena y volver a las colocaciones recién dentro de siete días. Así lo pudo confirmar Ámbito con fuentes oficiales. Mientras tanto, la Comisión Nacional de Valores (CNV) flexibilizó restricciones que pesan sobre el contado con liquidación (CCL) para que los importadores que hayan comprado BOPREAL puedan completar el pago a sus proveedores con dólares financieros con menos trabas.

Las fuentes afirmaron que la demora en la licitación se debió a que tanto la pasada como actual son semanas cortas. Más allá de eso, lo cierto es que el BOPREAL serie 3 hasta el momento no resultó atractivo para los importadores como vía para saldar las deudas con sus proveedores del exterior o con sus casas matrices. De los u$s3.000 millones que el equipo económico se propuso colocar en este instrumento, en las cuatro primeras licitaciones solo consiguió u$s981 millones. Es decir, aún le resta canalizar dos terceras partes de lo previsto.

De hecho, la demanda viene en baja. Incluso a pesar de que a mediados de marzo el BCRA habilitó a los importadores con deudas comerciales previas al cambio de gobierno que no se empadronaron en el registro de la AFIP y la Secretaría de Comercio a participar de las colocaciones, que hasta entonces no podían acceder al bono. En las dos licitaciones posteriores a esa decisión, solo ingresaron u$s100 millones y u$s89 millones respectivamente.

En ese marco, las autoridades de la CNV firmaron este martes de la resolución general 995, que libera de las restricciones que pesan sobre la operatoria del CCL a los importadores que hayan comprado BOPREAL para flexibilizar la posibilidad de que completen por esa vía el pago a sus proveedores. La decisión busca simplificar este mecanismo para quienes ya hayan adquirido el bono en una licitación primaria y apuntalar las próximas subastas del BCRA.

En concreto, a partir del 1° de abril, los importadores podrán operar CCL aun si están apalancados en cauciones y no tendrán que cumplir el parking de un día (plazo mínimo de tenencia de los bonos con los que se transacciona el dólar financiero) ni los montos límites ni el régimen informativo previo. Esta operatoria sin trabas podrá hacerse por hasta una magnitud igual al valor nominal total suscripto en la licitación primaria de BOPREAL.

Fuentes oficiales explicaron que el objetivo es que los importadores puedan saldar vía CCL sin restricciones la diferencia que se genera entre el valor de la deuda con sus proveedores y las divisas que obtienen cuando se desprenden del BOPREAL en el mercado secundario. Como el BOPREAL cotiza a una paridad menor al 100% (que varía según cada serie), cuando el importador vende el bono en el mercado para cancelar el pasivo con su acreedor antes de que el título venza, recibe menos dinero. Por ejemplo, si lo vendiera a u$s70 por cada u$s100 de valor nominal, ahora podría saldar los u$s30 restantes sin las trabas que pesan sobre el contado con liqui.

Mediante una resolución, la CNV flexibilizó el CCL para importadores con BOPREAL.

Esta norma es complementaria de otras dos medidas que habían tomado la propia CNV y el BCRA tiempo atrás: la que liberó al BOPREAL en sí mismo de las restricciones para operaciones cambiarias en el mercado de capitales y la que excluía del mercado oficial a los importadores que hayan operado CCL.

A pesar de que, como anticipó Ámbito, el equipo económico ya definió el conjunto de restricciones a los dólares financieros que removerá cuando el Gobierno decida avanzar en el levantamiento del cepo, por el momento seguirán en vigencia. La excepción, por ahora, solo corre para estas operaciones asociadas al BOPREAL.

Pese al escaso apetito de los importadores por la serie 3 del BOPREAL, fuentes oficiales aseguran que “no preocupa” el resultado de esas licitaciones y argumentan que solo se trata de “una alternativa” para las empresas.

De todas maneras, el BOPREAL fue planteado por el equipo económico como una pieza importante de su estrategia de transición en el plano monetario, cambiario y de las reservas. Se trata del bono para importadores con deudas comerciales previas al 12 de diciembre, que se suscribe con pesos pero está nominado en dólares y que apunta a varios frentes a la vez: fue pensado para descomprimir la situación de los pasivos por importaciones (que igualmente siguen creciendo por el sistema de pago escalonado implementado por la actual gestión), para aspirar pesos, para dolarizar una porción de los pasivos remunerados y para restar presión al dólar paralelo.

En la serie 1 y la serie 2, el BCRA agotó sendos cupos de u$s5.000 millones y u$s2.000 millones. Para la tercera, se pautó un monto objetivo de u$s3.000 millones pero las licitaciones avanzan a cuentagotas.

¿A qué se debe? Como había adelantado Ámbito, las características de la serie 3 la hacen menos atractiva que las anteriores para los importadores. Los bonos de esta serie están habilitados para su transferencia y negociación en el mercado secundario, devengan intereses a una tasa de 3% nominal anual y amortizan en tres cuotas trimestrales, desde noviembre de 2025 hasta mayo de 2026. Pero, según los operadores, hay dos factores de su estructura que le juegan en contra: por un lado, tiene plazos de amortización más largos que la serie 2 (que recibe flujo de divisas desde mediados de este año) y, por otro, no incluye los beneficios fiscales que tenía la primera (que no pagaba impuesto PAIS y puede utilizarse para cancelar obligaciones con la AFIP).

Además, hubo otro factor que le restó atractivo: la compresión de la brecha cambiaria. La caída del contado con liquidación (CCL) durante febrero y la posterior estabilización debajo de los $1.100 en las últimas semanas (traccionada por la oferta en el mercado del contado con liquidación que genera el dólar blend para exportadores y la falta de demanda ante la licuación de los pesos de la economía) hizo que a los importadores eventualmente les resultara más conveniente comprar CCL para saldar sus deudas que suscribir la serie 3 del BOPREAL y descargar el título en el mercado secundario.

Según cálculos de Salvador Vitelli, head of research de Romano Group, en las cuatro licitaciones de la serie 3, el tipo de cambio implícito al que accedieron los importadores a través del BOPREAL para saldar las deudas con sus proveedores fue en promedio 30% superior al valor del CCL.

En ese sentido, algunas fuentes le contaron a este medio que en las últimas semanas hubo empresas que aprovecharon la reducción de la brecha y se volcaron a los dólares financieros para cancelar pasivos con sus proveedores del exterior, a pesar de las restricciones cruzadas que existen para acceder al dólar oficial si se opera CCL. Otras firmas en cambio dicen que siguen con problemas para regularizar su situación, como la automotriz General Motors, que suspendió la producción en su planta de Santa Fe por dos semanas y adujo “inconvenientes con el suministro de piezas de proveedores afectados con los pagos al exterior”.

Por fuera del abultado stock de deuda comercial heredado, que creció fuertemente en 2023 en un contexto de escasez de divisas agudizado por la sequía, lo cierto es que los pasivos por nuevas importaciones concertadas a partir del 13 de diciembre siguieron creciendo.

Como contó Ámbito, entre diciembre y febrero los pagos de importaciones pisados alcanzaron cerca de u$s9.400 millones, un monto que supera con creces los u$s7.491 millones canalizados vía BOPREAL en el mismo lapso. Esto se debe a que el BCRA estableció que las nuevas compras al exterior tendrían un esquema de acceso escalonado al dólar oficial para su cancelación, que en la mayoría de los productos es de cuatro cuotas del 25% cada una.

Esto abrió una ventana de cuatro meses que le permitió al Central atravesar el verano con compras netas de divisas por unos u$s8.526 millones entre el 11 de diciembre y el 29 de febrero. Sin embargo, las compras de divisas fueron inferiores a la nueva deuda comercial generada. Esto implica que, sin pisar el pago de importaciones, no habría habido una recuperación de las reservas internacionales.

En diciembre, apenas se pagó el 17% de las importaciones efectuadas; en enero, el 23%; y en febrero, el 41%. En lo sucesivo, el escalonamiento definido por el BCRA marca que el porcentaje seguiría creciendo en los sucesivo hasta que el gap entre compras y pagos se cierre. Así, un informe de la consultora PxQ, dirigida por Emmanuel Álvarez Agis, señaló que la nueva deuda comercial generada es la contracara de la estabilidad cambiaria y de la recuperación de reservas, e “implica un desafío hacia los próximos meses, cuando el pago de importaciones se normalice”.

Al respecto, PxQ estimó que entre diciembre y febrero el stock de deuda comercial se mantuvo prácticamente estable en torno a los u$s51.000 millones, si para el segundo mes de 2024 se consideran unos u$s34.000 millones de deuda heredada aún pendiente, más u$s9.395 millones de nuevos pasivos por importaciones y los algo más de u$s7.000 millones canalizados vía BOPREAL.

“En este sentido, las licitaciones de BOPREAL parecerían servir como instrumento para absorber una potencial demanda de dólares más que para solucionar la deuda comercial acumulada hasta la asunción de la nueva gestión”, concluyó PxQ.